Cambiar de profesión después de los 40… ¡Es posible! - LAE Formacion
2236
post-template-default,single,single-post,postid-2236,single-format-standard,woocommerce-no-js,ajax_fade,page_not_loaded,,columns-3,qode-product-single-tabs-on-bottom,qode-child-theme-ver-1.0.0,qode-theme-ver-16.3,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-7.0,vc_responsive
 

Cambiar de profesión después de los 40… ¡Es posible!

Cambiar de profesión después de los 40… ¡Es posible!

El número de personas que, después de los 40 años, decide darle un giro radical a su vida profesional es creciente. En esta decisión inciden principalmente dos factores: la situación actual del mercado laboral y la búsqueda de autorrealización.

Por una parte, el sentimiento de incertidumbre y desconfianza frente a la situación actual del mercado laboral es determinante para optar por nuevos horizontes profesionales; y es que según el Informe del Mercado de Trabajo Estatal (2017), la asignatura pendiente de España es el volumen de parados de larga duración, que en la población mayor de 45 años se está convirtiendo en paro estructural, el más difícil integrar en el sistema productivo.

Ver: 4 razones para cambiar de trabajo

Por otro lado, la búsqueda de realización personal se está convirtiendo en el nuevo paradigma de la vida adulta. Después de cerca de dos décadas dedicadas a la vida laboral o al cuidado del hogar, la tendencia entre los mayores de 40 años es la de reinventarse y buscar nuevas oportunidades en las que el trabajo deje de significar una carga y pase a ser una actividad satisfactoria. Al fin y al cabo, el español promedio pasa dos tercios de su tiempo trabajando; una costosa inversión para una actividad que no aporta gratificación personal.

En cualquier caso, son más los profesionales que buscan un cambio a nivel laboral, y este fue el caso de Paulina Durán, egresada del Curso de Formación de Profesores de ELE de LAE Formación, quien decidió perseguir su pasión por la lengua española para llevarla al terreno de su verdadera vocación: la intervención con comunidades.

Aunque lo que más le llamaba la atención era Filología Hispánica, Paulina estudió Magisterio en Lengua Inglesa. Sin embargo, al terminar su carrera, en lugar de ejercer como lingüista, Paulina empezó a trabajar en el sector de la formación orientada al empleo, lo que la llevó a la coordina

ción de cursos y a la edición de textos y manuales de formación. Aunque ella intentaba emplear ejemplos alrededor de la literatura y así compartir su pasión con sus interlocutores, su trabajo no le permitía trabajar de forma directa con la lengua.

Ver: Enseñar español, ¡la forma perfecta de viajar por el mundo!

Pero su verdadera inquietud era la cooperación internacional. Esta vocación emergió en su juventud, después de viajar a Colombia y trabajar en proyectos sociales; no obstante, fue hace tan sólo un par de años atrás cuando Paulina decidió regresar a Latinoamérica y embarcarse hacia Guatemala. “La primera vez fui con mi hija para que ella conociera otro tipo de vida, y a partir de ahí conocimos las aldeas indígenas de Guatemala. Me apeteció colaborar con ellos, y dio la casualidad que recibí una pequeña herencia, y en vez de arreglar mi casa -que lo necesitaba-, decidí comprar una finca al lado de los indígenas para que ellos la explotaran según sus necesidades”.  Tras algunas reuniones con los líderes comunitarios, de lo que resultó la implementación de un centro de salud en aquella propiedad, Paulina detectó una limitación en el proceso.

Los residentes de las aldeas de Guatemala no hablaban castellano, hablaban Poqomchi, y se comunicaban a través de un intérprete, generalmente la lideresa comunitaria -quien tampoco hablaba muy bien castellano. “No teníamos cómo comunicarnos con ellos, y empecé a decir ‘vamos a ver cómo es esto’”. Al detectar esta necesidad, Paulina pensó que enseñar español como lengua extranjera iba a ser fácil, pero se dio cuenta de que no tenía el método para hacerlo, así que llegó a la conclusión de que necesitaba capacitarse en la enseñanza de ELE.

Ver: La importancia del español en el mundo

“A partir de ahí han salido nuevas ideas”. Para Paulina, el convertirse en profesora de español como lengua extranjera ha significado un reto importante y un cambio en la forma de afrontar el futuro.  “Me veo aquí en España pero viajando de vez en cuando a sitios donde se pueda hacer intervenciones, ¡eso es lo que me gustaría!”.  Su formación en enseñanza de ELE le ha permitido pensar en estrategias para formar a hablantes de español de Guatemala para que a su vez ellos puedan enseñarles español a sus conciudadanos, y también descubrir otra pasión: “me gusta mucho la creación de materiales también; en las clases que he dado he procurado siempre hacer mis propios recursos y escribir mis textos”.

Cambia de carreraPara Paulina, aunque implicó mucho esfuerzo y dedicación, el haber realizado el Curso de Formación de Profesores de ELE fue una experiencia “magnífica”: “es un curso que sobre todo a los jóvenes les puede permitir tener muchas oportunidades…  ¿Y para personas como yo? Bueno, hay mucha gente que está muy harta de su trabajo, y esto significa un cambio en tu forma de pensar, y en tu forma de afrontar el futuro… ¡Es una oportunidad tremenda!”.

Como Paulina, muchos profesionales entre los 40 y los 60 años eligen profesiones versátiles y flexibles como la enseñanza del español, ¡una profesión que no tiene edad! Sea en España o en el extranjero, trabajando  por cuenta ajena en una academia de idiomas,  por cuenta propia como profesor particular, o en proyectos sociales, la enseñanza de español es una profesión que, además de flexible, tiene una demanda alta y creciente; algo más de 21 millones de personas estudian español como lengua extranjera en todo el mundo.

¡Si estás interesado en conocer más sobre las salidas profesionales como profesor de ELE, haz click aquí!