Mi experiencia como profesor de español en los Estados Unidos
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Mi experiencia como profesor de español en los Estados Unidos

Mi experiencia como profesor de español

Mi experiencia como profesor de español en los Estados Unidos

Adoro mi trabajo. Me siento increíblemente afortunado por poder levantarme cada mañana y hacer una de las cosas que más me gustan en el mundo: enseñar español. Además de disfrutar cada día con todo lo que ser profesor de español conlleva: conocer gente de muchos países y culturas diferentes, descubrir nuevos puntos de vista sobre mi propia lengua y cultura, e incluso sobre mí mismo.

Además del día a día, ser profesor de español me ha permitido cumplir uno de mis sueños: vivir en Estados Unidos. Español en los Estados UnidosEn el verano de 2012 hice las maletas y subí a un avión que me llevó a mi flamante puesto como lector de español para la Universidad de Carolina del Norte, en la ciudad de Chapel Hill.

A mi llegada, aluciné con las dimensiones de la universidad y con todos los recursos disponibles, tanto para profesores, como para alumnos. La biblioteca era inmensa, y tenía una colección fantástica de literatura en español, así como de lingüística hispánica. ¡Era el paraíso para los amantes de los idiomas!

Durante el año académico tuve la responsabilidad de enseñar dos clases de español para principiantes y un grupo de nivel intermedio. La tipología de estudiantes era muy variada: desde estudiantes de primer año hasta alumnos a punto de graduarse; de todas las razas, culturas y procedencias que podía imaginar. Era fascinante hablar con mis alumnos y conocer más detalles sobre su pueblo, su estado o su país de origen.

Enseñar español El departamento me proporcionó el currículo que debía seguir, dándome libertad metodológica para poder conducir
mis clases. Cada grupo tenía unos 18-20 estudiantes, por lo que la gestión del aula y una buena organización eran fundamentales para que las clases tuvieran éxito. Además, los estudiantes estaban muy motivados para aprender español, por lo que la energía y el interés que traían al aula me hacían sentir muy bien.

Cuando llegó la hora de volver a España, no podía hacer otra cosa que agradecer el haber podido disfrutar de la oportunidad de ejercer la profesión que adoro y cumplir uno de mis sueños al mismo tiempo.