18 May 2 actividades sin preparación previa
Siempre vas corriendo de clase en clase. El tiempo con el que cuentas para preparar tus clases es más bien escaso, y siempre terminas utilizando más tiempo libre del que te gustaría para que tus clases sean entretenidas y facilitadoras del aprendizaje. Con este post pretendemos que ahorres un poco de tiempo. Te ofrecemos tres actividades sin preparación previa. Lo único necesario es tomar nota de lo que ocurre en cada actividad, para poder continuar con una pequeña exploración del lenguaje emergente y una práctica centrada en la forma.
Siempre, a veces, nunca…
Es una actividad ideal para utilizar con un grupo nuevo que te acaban de asignar y con el que no contabas. Con esta dinámica comenzarás a generar una buena comunidad de aula, conocerás a tus estudiantes y ellos podrán conocerte a ti también. No necesitas materiales de ningún tipo: únicamente tu pizarra, un rotulador y un taco de postits.
Divide la pizarra en tres partes, y escribe en cada una de ellas: “Yo siempre…”, “Yo, a veces…” y “Yo nunca…” y escribe un ejemplo que se corresponda con tu vida personal en cada una de ellas. Por ejemplo: “Yo siempre traigo mi comida a la escuela”. “Yo, a veces salgo a correr por el parque que está cerca de mi casa” y “Yo nunca como aceitunas porque me dan ganas de vomitar”.
Pide a tus estudiantes que escriban un ejemplo para cada columna en un postit y lo peguen en su lugar correspondiente. Después, podéis hablar sobre qué, quién y por qué han compartido ese hecho. Tu deber es dirigir la conversación y tomar notas sobre posibles vías para continuar la clase: colocaciones sobre el lenguaje utilizado, correcciones, ampliación de un tema, etc.
El mundo en tu clase
Para hacer esta actividad solo necesitas un espacio relativamente amplio, sin muebles que interrumpan el paso. Puedes acercar las sillas y las mesas a la pared para conseguir el mayor espacio posible.
Marca cada una de las cuatro paredes del aula como si fueran los cuatro puntos cardinales. Después, pide a los estudiantes que marquen dónde está la escuela con un postit en el suelo. Reparte un postit a cada estudiante para que escriban su nombre y lo coloquen en un lugar que les gustaría visitar, tomando como referencia las paredes del aula y el postit de la escuela.
La actividad continua con los estudiantes haciendo preguntas a sus compañeros, del tipo “¿Estás en una ciudad?” o “¿Hay mucha gente en este lugar?”, para tratar de averiguar en qué lugar está cada uno. Otro tipo de pistas puede ser que cada estudiante diga algo que puede ver, algo que puede oír y algo que puede oler en el lugar donde se encuentran.
Para ampliar la actividad, los estudiantes pueden intentar convencer a sus compañeros de que vayan a su lugar elegido. Si alguien cambia de lugar, intenta que expliquen por qué. Como profesor, toma notas de cualquier cosa que se diga en la conversación y continua tu clase a partir de ellas.